Artefamoso ha podido asistir a la presentación de la exposición «Impresionistas y modernos. Obras maestras de la Phillips Collection» que dentro la programación cultural de la Obra Social «La Caixa» se expone en CaixaForum Madrid.
La Phillips Collection celebra este año su 95 aniversario y es por ello que, de forma excepcional, la institución norteamericana ha preparado una exposición itinerante internacional a partir de sus fondos.
La muestra sólo visitará tres ciudades europeas, y tras su paso por Roma y el CaixaForum Barcelona, recae en el CaixaForum de Madrid.
Estamos ante una selección de obras del que fue el primer museo de arte moderno de Estados Unidos; abrió en 1921 sus puertas al público en Washington D.C. Su fundador, Duncan Phillips lo concibió como «un museo íntimo combinado con un centro de experimentación«. Durante la visita guiada a la exposición, la comisaria y conservadora del museo Susan Behrends Frank nos insistió en la idea de Phillips en que la colección tuviese siempre una finalidad museística y que, además, tanto el público en general como artistas noveles, pudiesen sentarse en sus salas, reflexionar y dejarse influir por las obras que los rodeaban. Fruto del instinto para detectar talento de Duncan Phillips, la institución es reconocida en todo el mundo por su colección de arte de los dos últimos siglos.
La exposición que contiene 60 obras de 44 artistas tanto europeos como americanos, se articula cronológicamente en seis ámbitos temáticos. Refleja la evolución de la pintura moderna desde el siglo XIX, –Ingres, Delacroix, Courbet, Manet…-, con artistas que revolucionaron la pintura europea, hasta maestros modernos del siglo XX, –Picasso, Gris, Braque, Matisse, O’Keeffe-, y que ocupan un lugar central.
La muestra finaliza con trabajos del periodo de posguerra de artistas americanos y europeos como De Staël, Diebenkorn, Gottlieb, Guston y Rothko. Alguno de estos artistas americanos pudieron enriquecerse «in situ» de la experiencia de la visita a la colección Phillips.
Lo que diferencia a la Duncan Phillips de otras instituciones es el interés de su fundador en las conexiones entre las obras de arte del pasado y las del presente. Desde joven, Phillips quiso apoyar a los artistas jóvenes, adquiriendo obras en base a sus méritos. Creía en la idea de la modernidad como un diálogo entre pasado y presente, sin restricción geográfica, nacional ni histórica.
Iniciamos el recorrido con el diálogo entre clasicismo, romanticismo y realismo. Encontramos en esta sala obras de Ingres, Manet y Daumier. Estos pintores combinaron en sus obras elementos del clasicismo, del romanticismo y del realismo. Los paisajistas muestran un nuevo interés por la naturaleza como espacio real y no imaginado. Esta nueva forma de entender la pintura se muestra en la ausencia de acabados, la libertad de ejecución y la espontaneidad.
En 1925 Duncan Phillips adquiere «El levantamiento» (1848) de Honoré Daumier. Phillips en más de una ocasión se refiere a ella como «la mejor obra de la colección» en ese momento. A Phillips le cautivaba la habilidad para transmitir el drama de la vida cotidiana con un lenguaje universal de este pintor prácticamente desconocido en vida.
Las obras nos cuentan sus historias, hablan por si mismas. Nos presentamos ante «El camino de Vétheuil», 1879 de Monet. En ese momento su situación económica era precaria y su esposa Camille había muerto. Monet inicia trabajos en serie y este es el último cuadro de una serie de cinco que representan el sendero que llevaba al pueblo. Los cinco representan la misma escena con diferentes condiciones atmosféricas, sin rastro de la vida moderna, con la casa de Monet en el centro del cuadro. Phillips lo describió como un paisaje que caputraba un momento y lo incluyó entre sus quince mejores adquisiciones de 1918-1919.
Desde un principio Phillips insistió en la idea de «fomentar la presencia de artistas contemporáneos entablando con ellos un contacto personal y una amistad para ganarse su confianza«. Apostó por artistas a los que admiraba especialmente aunque no fuesen reconocidos, rompiendo en ese momento con la tendencia museística de Estados Unidos. En ningún momento quiso acumular una muestra exhaustiva de estilos y movimientos. Se propuso adquirir piezas de artistas a los que admiraba y que no se dejaban llevar por los dictados de modas o escuelas, sino que eran fieles a sí mismos y a su obra.
Creía que las obras podían hablar por sí solas y retaba a los visitantes y a los críticos a hallar conexiones entre los artistas de distintos países y períodos históricos. La colección desde sus orígenes se basó en una relación dinámica entre pasado y presente y sentó los precedentes del museo de arte moderno, en el cual no se separan a los artistas por procedencia geográfica o época. Phillips situaba todas sus obras al mismo nivel y estaba convencido que podían convivir fácilmente.
Esta sincera idea puede verse en esta muestra itinerante y que recala estos meses en CaixaForum Madrid, dónde el diálogo entre las obras se sigue estableciendo. Cada obra es importante por sus propios méritos y no porque representen una escuela o movimiento o lleve una firma famosa. Cada obra establece un diálogo con nosotros y, como Duncan Phillips decía, sentimos que estamos ante los artistas y que podemos llegar a conocerlos como personas y nuevos amigos.
La colección no reafirma los gustos de Phillips, sino que él mismo consideraba que los verdaderos artistas le transformarían. Su colección evolucionó así con las incertidumbres y los contrastes del siglo XX. Antes de su muerte dejó por escrito su deseo de la continuidad de su legado, sin considerar su colección como algo cerrado, y siempre manteniendo que el museo fuese un hogar para las artes en el que la gente pudiese sentirse próxima a las obras.
Fruto de este espacio íntimo podemos ver la obra de Richard Diebenkorn «Ocean Park núm.38«, 1971, quién está indisolublemente unido a la Phillips Collection como ningún otro artista. Diebenkorn pasó innumerables fines de semana en el museo, y como él mismo admitió le influyó profundamente todo lo que allí pudo ver expuesto. La Phillips Collection fue el primer museo del a costa Este que compró y exhibió obra de este artista.
Un caso parecido ocurre con Morris Louis, quien se mudó a la ciudad de Washington y montó su estudio en el pequeño salón de su casa (para gran disgusto de su mujer); visitó el museo y se sintió muy inspirado por los grandes coloristas expuestos como Bonnard, Dove o Renoir. Investigando con nuevos materiales y técnicas surgen sus cuadros a rayas, como «Número 182», 1961. Sobre la tela sin preparación, Louis vierte con botes de pintura acrílica, consiguiendo efectos coloristas a través de los nuevos pigmentos, y efectos opacos y de transparencias muy sugerentes. Phillips un gran apasionado del color queda rápidamente prendado de su obra y
Durante la visita comentada con la comisaria Susan B. Frank, pudimos sentir este espíritu y entusiasmo que es el alma de Phillips Collection. Cada obra que vimos, más allá del movimiento estético en el que se halla enclavado, o de su análisis formal y técnico, tenía una historia íntima que narrar, tanto en la creación artística de la misma, como en la adquisición por parte de Duncan Phillips. Todas y cada una de ellas suponen un momento crítico, de conversión, de diálogo con el artista y por momentos a través de las palabras de la comisaria, pudimos sentir ese momento especial creativo, así como la llegada a su nuevo hogar en la Phillips Collection.
Impresionistas y modernos. Obras maestras de la Phillips Collection.
Del 14 julio al 23 octubre.
CaixaForum Madrid
Paseo del Prado, 36
Imágenes de la exposición:
Actividades en torno a la exposición:
Añadidas a esta magnífica muestra se podrán disfrutar de actividades paralelas, tanto familiares como educativas, así como de un ciclo de conferencias sobre cinco piezas clave de la muestra a cargo de Estrella de Diego, ensayista y catedrática de Historia del Arte de la UCM, y que comenzarán a partir de septiembre .
Más información: Actividades exposición
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