La Fundación Mapfre ha tenido la deferencia de invitarnos a la inauguración oficial de la exposición «Black Box«, de el prestigioso fotógrafo japonés Hiroshi Sugimoto y que mantendrá sus puertas abiertas al público del 23 de junio al 25 de septiembre. La muestra nos propone un recorrido por algunas de sus series fotográficas más conocidas.
Se han reunido 41 obras de gran formato que nos permiten recorrer los últimos cuarenta años de trabajo de este artista y, algunas de las cuales, están aún en proceso abierto de ejecución.
Hiroshi Sugimoto es un artista multidisciplinar y que a día de hoy es considerado dentro del campo de la fotografía como uno de los artistas más importantes de la escena artística internacional.
Su obra reinterpreta alguno de los géneros más característicos de la tradición fotográfica clásica, como el paisaje o el retrato, pero dotándoles de una gran carga conceptual. Toda su obra sigue métodos tradicionales analógicos, rechazando la tecnología digital, y siendo fiel como se puede ver en la muestra, a toda la gama de grises que nos ofrece el blanco y negro.
Su virtuosismo técnico y el empleo del gran formato caracterizan a sus imágenes un gran atractivo y belleza visual, jugando con la naturaleza de la percepción, la ilusión, la representación, la vida y la muerte.
Los allí presentes tuvimos el enorme privilegio de poder visitar la muestra junto al señor Sugimoto. Rara vez un artista de este calibre se muestra tan accesible y dispuesto a responder a las preguntas que se le hacían. Agradecer a la Fundación Mapfre y al señor Sugimoto las facilidades para que unos momentos tan especiales pudiesen darse.
El título general de la exposición «Black Box» se refiere, en palabras de Hiroshi Sugimoto, «a la caja negra de los aviones y que en el caso de accidente registra toda la información de la tragedia«. Ante la civilización actual el señor Sugimoto siente la posibilidad de su fin.
En la primera sección de la muestra podemos disfrutar de «Theaters» (1976-en curso). Las fotografías fueron tomadas en cines clásicos y autocines durante el curso completo de una proyección. Sugimoto deja abierto el obturador de una cámara de gran formato y es la duración de la película la que fija el tiempo de exposición sobre el negativo. Este queda sobresexpuesto, es decir con exceso de iluminación, en la pantalla que es la más luminosa y genera un rectángulo blanco, vacío y brillante que puede leerse como representación de la muerte.
La larga duración de la película, como nuestras vidas, queda comprimido en un único instante, dónde han quedado impresionados en realidad todos esos momentos animados, pero fugaces, comprimidos en un único y angustioso momento estático, abstracto e intensamente concreto. Además Sugimoto nos muestra su interés por la arquitectura y los diseños estéticos del pasado.
Las cámaras de gran formato están directamente relacionadas con las primeras cámaras de placas de vidrio utilizadas por Louis Daguerre y William Fox Talbot. Este tipo de cámaras utilizan en la actualidad películas en hoja de hasta 20 x 25 cm. Son cámaras de una elevada complejidad técnica en su uso, muy pesadas y en las que la medida de la exposición ha de hacerse a mano. Como ventaja nos permiten hacer grandes ampliaciones sin perdida de calidad y permiten que el fotógrafo pueda cuidar la composición, casi como en un dibujo o una pintura.
Siguiendo el recorrido de la muestra entramos en «Lightning Fields» (2006-en curso), donde las imágenes, creadas sin cámara, surgen de los efectos de descargas eléctricas directamente en negativos fotográficos. Entramos en el terreno de la fotografía abstracta y la fascinación de Sugimoto por la ciencia y los fenómenos de la naturaleza. La experimentación propia del método científico conecta directamente con el inicio de la fotografía en el siglo XIX, la cual estaba lejos de llegar a considerarse una disciplina artística y sí más cercano a la Ciencia. Estos experimentos en el cuarto oscuro, que el mismo Sugimoto nos comentaba durante la visita parecían explosiones emuladoras del Big Bang por su luminosidad, además que han de producir un ensordecedor chasquido, son un particular homenaje al científico y fotógrafo William Fox Talbot, que fue pionero en la obtención de positivo a través de negativo, lo que fue la base de toda la fotografía con película analógica del siglo XX.
Las imágenes de esta sección son misteriosas y envolventes, no sabiendo el espectador muy bien ante que se encuentra, un paisaje natural, quizás algún tipo de electricidad estática entre tela…
En «Dioramas» (1976-2012) vemos fotografías de tableux de paisajes prehistóricos tomados en su mayoría en el Museo de Historia Natural de Nueva York. Los animales están embalsamadados pero gracias a la prodigiosa técnica de Sugimoto, la atmósfera conseguida gracias a los tonos de grises, la correcta medida de la luz y exposición, son engañosamente reales, lo que pone en entredicho la fiabilidad de la fotografía como prueba y como paisajes y sujetos extraños adquieren una verosimilitud desconcertante para el espectador contemporáneo. Esta es la primera serie del artista y en ella ya encontramos muchas de las características y los métodos de su obra: gran habilidad técnica que permite el uso creativo de las posibilidades técnicas de la cámara; gran rigor conceptual y exquisita destreza técnica y el potencial del blanco y negro para realzar y al mismo tiempo socavar la ilusión de realidad. Para Sugimoto la cámara es una máquina del tiempo, capaz de transportarnos a momentos lejanos del tiempo geológico y de la historia humana.
En «Portraits» (1994-1999) reúne fotografías de estudio de personalidades históricas moldeadas a la cera. La pieza principal retrata a Enrique VIII con sus seis esposas; la serie también incluye figuras políticas y religiosas más recientes.
Los montajes fueron realizados de forma muy calculada en su estudio. Las figuras están colocadas frente a fondo negro para conferirles una apariencia arquetípica y engrandecida. De nuevo el negativo en blanco y negro y el gran formato para obtener definición en los detalles y los tonos de las fotografías que las equiparara con los estándares de los retratos pictóricos históricos.
Pudimos preguntar al señor Sugimoto sobre esta serie:
Artefamoso: «Viendo su serie «Portraits» vemos un ambiente en los mismos muy pictórico, en la composición y la atmósfera de los mismos, como emulando a los grandes maestros del retrato ¿estaba buscando usted este efecto?
Hiroshi Sugimoto: «Estaba copiando intencionadamente la pintura de Holbein, en los detalles de este gran pintor, así que teniendo esta idea en mi mente he intentado que se parecieran lo máximo al estilo y la obra de Holbein«.
Estos retratos son imposibles, puesto que estos personajes en su mayoría murieron hace mucho tiempo. De nuevo la fotografía que puede congelar un momento real nos engaña, pues nos da como testimonio el retrato de alguien que no es real puesto que es su representación inanimada, y en algunos casos transmitida por otros medios, de alguien que existió en algún momento de la historia.
La entrada a esta serie es a través de un pequeño habitáculo y en la que aparecen las imágenes del emperador Hirohito, Fidel Castro y Lenin en tres paneles distintos, como casi representaciones de retablos de santos y que invitan a un siniestro recogimiento.
La exposición culmina con la serie «Seascapes» (1980-en curso), paisajes primigenios del mar y el cielo que fusionan representación y abstracción y que han sido tomadas en diversos lugares del mundo. Estas obras son un buen ejemplo de como Sugimoto entiende la cámara fotográfica: un aparato dotado de la particular capacidad de representar el sentido del tiempo. Las imágenes son tremendamente románticas y esto contrasta con sus títulos objetivos y documentales.
No podemos dejar pasar por alto esta magnífica exposición que no deja indiferente, bien sea por su virtuosismo técnico como por la belleza y el misterio de sus imágenes que conllevan una honda reflexión.
Hiroshi Sugimoto, Black Box, una gran muestra que os recomendamos visitar y que se suma a la gran oferta expositiva que este verano nos ofrece la ciudad de Madrid.
Hiroshi Sugimoto – Black Box
Del 23 junio al 25 septiembre
Fundación Mapfre – Sala Recoletos
Paseo de Recoletos, 23, 28004 Madrid
exposiciones.fundacionmapfre.org/exposiciones/es/hiroshisugimoto/exposicion
Algunas imágenes de la exposición:
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